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lunes, 6 de marzo de 2023

El Sahara, la real politik y la Historia






                                         

Señor presidente del Gobierno de España, como a muchos españoles, me ha sorprendido la intencionada filtración de la carta que usted le escribió al rey de Marruecos, aunque, más que sorprendido, la noticia me dejó traumatizado, completamente noqueado emocionalmente. Y no es para menos, porque ese cambio con relación a la posición de España respecto al Sahara, y que el ministro de exteriores, como si fuese un trilero, dice que no es un cambio, afecta emocionalmente a muchos de nuestros compatriotas, ya que para ellos los saharauis no son una abstracción, personas lejanas y desconocidas, sino que tienen un nombre, una cara, un cuerpo y un acento concretos, pues han convivido estrechamente con ellos. Las miradas y risas de aquellos niños, hoy hombres y mujeres, aún están frescas en las retinas y oídos de las buenas gentes de España que los acogieron cada verano en el seno de sus familias, como hijos, como hermanos. Otros, aunque no tuvimos la suerte de disfrutar de su presencia en nuestras casas, todavía arrastramos la parte alícuota de vergüenza por la dejación del Estado Español de sus obligaciones, expresadas por la ONU, abandonando a toda una población, con DNI y pasaporte español, en manos de Mauritania y Marruecos, situándose en una posición ambigua. ¡Vergonzoso! No sé si somos muchos quienes hemos sufrido este impacto emocional, aunque podría ser que fuésemos una inmensa mayoría, sobre todo si se diese una sincera y exhaustiva información sobre la cuestión saharaui, cosa que dudo mucho que usted vaya a hacer, dada su natural tendencia a lo que se ha dado en llamar “real politik”, esa mierda que deja al margen los sentimientos de los pueblos. Pero le dejo una pregunta en el aire: ¿Es posible escribir la Historia sin sentimientos y emociones? Muchos, como Galdós, pensamos que no, en su ausencia la Historia pierde humanidad, esencia, quedando vacía e inútil.

                                                                            José María Sanchez-Bustos           

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