La
Raya de Portugal
(La
frontera del subdesarrollo)
Han pasado ya cuarenta y nueve años desde que ley este magnífico libro, que todavía conservo en mis estanterías. Muchos años. Y las cosas han cambiado mucho, no cabe duda, pero no siempre en la dirección deseada.
El libro, en mi opinión, es un alegato, muy bien documentado por cierto, del estado de subdesarrollo en que la dictadura dejó todos los territorios fronterizos con Portugal. A continuación, para que os hagáis una idea aproximada de su contenido, os transcribo sus primeras líneas:
Un médico que lleva muchos años
ejerciendo en la región de las Hurdes me dijo una frase que se me quedó grabada,
con la que quisiera comenzar este relato de mi viaje por “la frontera del
subdesarrollo”. Me contaba que una noche, hace trece o catorce años, un vecino
de la alquería llamada de Ovejuela, dependiente del municipio de Pino
Franqueado, donde entonces residía el médico, fue a visitarlo para que acudiera
a atender a una mujer que había sufrido un aborto y tenía una fuerte
hemorragia. Ordenó el doctor que aparejaran su caballería y, a la luz de un
farol de petróleo, se aventuró por el sendero del monte que conducía al
poblado. Hacía frecuentemente por entonces parecidas excursiones nocturnas para
visitar a sus enfermos de las alquerías, pero recordaba particularmente aquel
viaje a Ovejuela. “Era —me decía— la época en que se veían pasar los sputniks,
y, como la noche era clara, yo iba contemplando, mientras avanzaba por el
sendero a lomos de la mula, la lucecita del satélite en su órbita alrededor de
la tierra.” Y resumía su situación en aquel momento y la situación de toda la
región de las Hurdes, añadiendo con ironía: “El satélite había pasado ya tres
veces sobre mi cabeza y yo no había llegado a Ovejuela.
Desde entonces, ya lo creo, las cosas han cambiado: ya no hay allí mujeres jóvenes que puedan dar a luz, ni abortar tampoco, claro. Sin duda, como se dice ahora, Las Hurdes es una región menguante, como también lo son los territorios fronterizos desde Tuy-Braga hasta Ayamonte–Vila Real de Santo Antonio, pasando por Coria – Castelo Branco.